El volcán Villarrica, gigante y majestuoso, se erguía imponente en la región sur de Chile. La gente de los alrededores le tenía gran respeto y lo consideraban una manifestación divina de la naturaleza.
Cuenta la leyenda que hace muchos años, hubo una gran erupción del volcán que aterrorizó a los habitantes cercanos. Fue entonces cuando un anciano sabio, conocido como el “hombre de los bosques”, decidió subir hasta la cima para hablar con el volcán y calmar su furia.
A medida que el sabio se acercó, escuchó la voz del volcán en su cabeza, y se dio cuenta de que se trataba de un ser vivo con sentimientos y emociones. En una conversación armoniosa y respetuosa, el sabio logró persuadir al volcán de que se calmara y no causara más daño.
Desde ese día, el hombre de los bosques fue considerado como un héroe en la comunidad local y se le atribuyó un gran poder. Se decía que era el único que podía hablar con el volcán, y la gente se acercaba a él en busca de su sabiduría y protección.
A través de los años, el poder del hombre de los bosques desapareció, pero la historia y las enseñanzas que dejó se siguen contando en la región y en toda la nación. El volcán Villarrica sigue siendo una fuerza poderosa de la naturaleza, pero también se le reconoce ahora como un testigo viviente de la conexión entre la humanidad y el medio ambiente.