El imponente volcán, con una altura de 2.360 metros, forma parte de un extenso complejo volcánico en la región. Ubicado en el valle del Río Palguín, este majestuoso coloso ha dejado su huella en el paisaje con sus lavas erosionadas, dando lugar a la creación de impresionantes cascadas, como el Salto de La China y El León.
Aunque en la actualidad este volcán se encuentra en estado de reposo, su presencia imponente y la historia de su actividad volcánica previa añaden un atractivo adicional a la región. Con sus laderas cubiertas de vegetación y su cumbre en forma de cono, el volcán sigue siendo un símbolo de la belleza natural y la geología fascinante de la zona.
La erupción pasada del volcán ha dejado su marca en el entorno, creando paisajes escénicos únicos y ofreciendo la oportunidad de explorar las cascadas que se formaron a partir de las lavas solidificadas. El Salto de La China y El León son dos ejemplos notables de estas maravillas naturales, donde el agua se precipita en cascada desde las alturas, creando un espectáculo impresionante.
A pesar de que el volcán se encuentra actualmente en un estado de inactividad, su presencia y su historia siguen cautivando a los visitantes. La posibilidad de observar de cerca las formaciones geológicas resultantes de su actividad pasada y la oportunidad de disfrutar de las cascadas que han sido moldeadas por su acción volcánica añaden un atractivo especial a la región.
En conclusión, el volcán con una altura de 2.360 metros es un testimonio de la fascinante geología de la zona. Aunque se encuentra en reposo en la actualidad, su presencia y sus efectos pasados en el paisaje se pueden apreciar en las impresionantes cascadas que han surgido a partir de las lavas erosionadas. Esta combinación de belleza natural y pasado volcánico crea un entorno único y atractivo para los visitantes que desean explorar y admirar la magnificencia de la región.