El Viaducto del Malleco: Una Joya de la Ingeniería

El Viaducto del Malleco, considerado en su época el puente ferroviario más alto del mundo, es una de las mayores obras de ingeniería metálica en Chile. Su construcción fue parte de un extenso programa estatal para expandir la red ferroviaria, impulsado por el presidente José Manuel Balmaceda en busca del desarrollo económico del país.

Este viaducto se erige sobre el valle del río Malleco, que presenta un desafío significativo debido a que el cauce del río se encuentra 110 metros por debajo del nivel de las llanuras circundantes. La solución fue construir el viaducto en la angostura de Collipulli.

En 1885, el gobierno chileno solicitó propuestas a las principales firmas europeas para la construcción del viaducto, basándose en los planos del ingeniero chileno Victorino Aurelio Lastarria. Tres firmas francesas, Gustave Eiffel, la Societé Anonyme des Anciens Establissements Cail, y Schneider et Cie. O Le Creusot, presentaron proyectos. Finalmente, se adjudicó la obra a la última firma.

La construcción se llevó a cabo entre 1886 y 1888 en talleres europeos, y las estructuras de hierro fueron transportadas por barco y ferrocarril hasta su ubicación final. La obra se instaló entre febrero de 1889 y mediados de 1890 y fue inaugurada por el Presidente José Manuel Balmaceda el 26 de octubre de 1890.

El peso total del viaducto, sección por sección, alcanzaba los 1,401,344 kilogramos. La estructura se montó sobre una plataforma de madera de 95 metros de largo. El proceso de lanzamiento del puente sobre sus bases duró alrededor de diez horas por sección y requería un creciente número de obreros a medida que avanzaba. Después de lanzar el puente, se terminó el armado de los cabezales y se hizo descender el puente a su posición definitiva mediante gatas hidráulicas.

Hoy en día, el Viaducto del Malleco sigue impresionando por su magnitud. Con una longitud de 347.5 metros, divididos en cinco tramos iguales de 69.5 metros, descansa sobre sus dos estribos extremos y cuatro pilares intermedios, todos construidos de acero. Los rieles se encuentran a una altura de 102 metros sobre el fondo de la quebrada. Además, se agregaron refuerzos diagonales para que la estructura pudiera soportar el peso de locomotoras más modernas.

Este monumento de ingeniería se puede apreciar en su totalidad desde el puente carretero que se construyó paralelo a él. Su historia y su imponente presencia en el paisaje chileno lo convierten en una maravilla arquitectónica que perdura en el tiempo.

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