
La Reserva Nacional China Muerta, ubicada en la Región de la Araucanía, Chile, debe su nombre a una leyenda local que ha perdurado a lo largo del tiempo. Según relatos transmitidos por la comunidad, el término “China” era utilizado por los colonos españoles para referirse a las mujeres mapuche, debido a la forma particular de sus ojos. La leyenda cuenta que una mujer mapuche fue hallada sin vida por arrieros en la zona. En una versión más conmovedora, se narra que su bebé sobrevivió gracias a la leche materna, al estar aún sujeto al pecho de su madre fallecida. Este trágico suceso dio origen al nombre “China Muerta” para la reserva, evocando una imagen de sacrificio y resistencia.
La Reserva Nacional China Muerta fue creada el 28 de junio de 1968 por Decreto Supremo Nº330 del Ministerio de Agricultura. Se encuentra en las comunas de Lonquimay (provincia de Malleco) y Melipeuco (provincia de Cautín), abarcando una superficie de aproximadamente 9.887 hectáreas. Este espacio protegido forma parte de la Reserva de la Biósfera Araucarias, designada por la UNESCO en 1983.
La reserva alberga una rica biodiversidad, destacando especies nativas como la araucaria, el ciprés de la cordillera y el lleuque. En cuanto a la fauna, se encuentran especies como el puma, la torcaza, la culebra de cola corta y el sapo de cuatro ojos. Además, cuenta con senderos como la “Huella del Puma”, que permiten a los visitantes explorar su belleza natural.

El acceso principal a la reserva es desde Melipeuco, tomando el camino hacia Icalma y luego el cruce conocido como “Cabeza de Indio”. Este trayecto es accesible para todo tipo de vehículo entre noviembre y abril; sin embargo, desde mayo en adelante, la ruta permanece cerrada debido a las condiciones de nieve.
Visitar la Reserva Nacional China Muerta es adentrarse en un lugar donde la naturaleza y la historia se entrelazan, ofreciendo una experiencia única en el corazón de la Araucanía.