Túnel Las Raíces: historia, ingeniería y conexión en la Araucanía Andina
En medio de los imponentes paisajes cordilleranos de la Región de La Araucanía, se encuentra una de las obras de ingeniería más notables de Chile: el Túnel Las Raíces. Ubicado a más de 1.000 metros sobre el nivel del mar, conecta las comunas de Curacautín y Lonquimay, facilitando la comunicación entre ambos territorios y convirtiéndose en un verdadero ícono de la zona.
Con sus 4.528 metros de extensión, este túnel se posiciona como uno de los más extensos de América Latina, ocupando el tercer lugar entre los más largos de la región. Su construcción comenzó en la década de 1930 y demandó una inversión millonaria para la época, con el objetivo de materializar un ambicioso proyecto ferroviario que buscaba unir el océano Pacífico (a través del puerto de Talcahuano) con el Atlántico, en Bahía Blanca, Argentina. Aunque el plan del tren bioceánico no llegó a concretarse, el túnel sí cumplió un rol clave en la historia ferroviaria de Chile.

De vía férrea a ruta internacional
En sus primeros años, el Túnel Las Raíces fue parte del ramal ferroviario que unía Púa y Lonquimay, conectando así la extensa red longitudinal que recorría el país de norte a sur. Durante décadas, locomotoras de carga y pasajeros atravesaron la cordillera por este paso, llevando progreso y vida a los pueblos andinos.
Sin embargo, con la retirada definitiva del tren en la zona hacia finales del siglo XX, el túnel fue adaptado para el tránsito vehicular. Hoy, quienes viajan hacia Lonquimay y la frontera con Argentina lo atraviesan como parte de la Ruta Internacional CH-181, que constituye el principal acceso al valle cordillerano.
En 2005, tras un proceso de modernización, el túnel fue completamente pavimentado, iluminado y equipado con semáforos de control, lo que permitió un tránsito más seguro para automóviles, buses y camiones.
Episodios históricos
La construcción del túnel no estuvo exenta de dificultades. Uno de los capítulos más recordados es la llamada “Tragedia del Túnel Las Raíces”, cuando una avalancha bloqueó la entrada, dejando atrapados a 42 obreros por más de 90 horas. Este hecho quedó plasmado en el libro Rieles Fronterizos (2011) del historiador Héctor Alarcón Carrasco, y refleja las duras condiciones en que se llevó a cabo la obra.

Un atractivo turístico e histórico
Más allá de su función vial, el Túnel Las Raíces es también un punto de interés turístico, tanto por su relevancia histórica como por el entorno natural que lo rodea. Atravesarlo es una experiencia en sí misma: cuatro kilómetros bajo la montaña, en medio de la cordillera, que luego se abren hacia los paisajes andinos de Lonquimay, llenos de bosques, ríos y volcanes.
Muchos viajeros aprovechan su paso por aquí para visitar atractivos cercanos como el Salto de la Princesa, el Parque Nacional Conguillío, el Valle de Icalma o el propio Lonquimay, pueblo cordillerano de gran tradición cultural.
ℹ️ Consejos prácticos para tu visita
✔️ Ubicación: Ruta Internacional CH-181, entre Curacautín y Lonquimay.
✔️ Longitud: 4,5 km aprox. (uno de los más largos de Sudamérica).
✔️ Tránsito: Controlado por semáforos, el paso es unidireccional en cada turno.
✔️ Acceso alternativo: Existe un camino de ripio, usado por vehículos de gran tamaño, aunque es más largo y lento.
✔️ Recomendación: Al conducir dentro del túnel, mantén luces encendidas y respeta los tiempos de espera.
📌 El Túnel Las Raíces no es solo una vía de comunicación; es un pedazo de historia, un testimonio de la ingeniería chilena y un portal hacia los paisajes más bellos de la Araucanía Andina.

