
En esta localidad, dieciocho familias lafkenche han dado vida a un proyecto turístico que pone en valor su cultura y tradiciones. Los visitantes tienen la oportunidad de vivir experiencias únicas a través de diversos emprendimientos de turismo mapuche, que ofrecen desde alojamiento en ruka, cabañas o zonas de camping, hasta la degustación de recetas típicas y talleres gastronómicos. A esto se suman actividades culturales como la narración de mitos y leyendas, la práctica de juegos tradicionales y, al caer la noche, el encuentro en torno al fogón, donde se comparte la cosmovisión y sabiduría ancestral.
El contacto con la naturaleza también es parte esencial de la visita: se pueden realizar paseos en kayak, caminatas por el entorno, cabalgatas y recorridos dedicados a la observación de aves. Todo ello convierte a este destino en un verdadero espacio de encuentro entre turismo, cultura y naturaleza.