
A solo 12 kilómetros al sur de Toltén se esconde una caleta pintoresca donde la vida transcurre al ritmo del mar y la tradición pesquera. Allí, la desembocadura del río Toltén regala un paisaje único: aguas que se mezclan con el océano, playas tranquilas que invitan al descanso y rincones ideales para la pesca deportiva. El visitante también puede dejarse tentar por su gastronomía local, donde el salmón Chinook se convierte en protagonista de auténticos sabores costeros.