
COPYRIGHT Angel Labra Castillo
El antiguo puente ferroviario, que en su tiempo conectaba el ramal Temuco–Carahue, fue clave para enlazar la capital regional con la costa de La Araucanía. Su construcción impulsó el desarrollo económico y comercial, permitiendo el traslado de productos agrícolas y mercancías, además de complementar la navegación fluvial en la estación de Carahue, cuando el río Imperial aún era navegable. Hoy, lejos de su bulliciosa actividad original, se conserva como testimonio vivo de la historia y ha sido reconocido como patrimonio cultural, símbolo de una época en que el río y el ferrocarril marcaron el pulso de la región.