Pabellón Araucanía: El Amor de Chile

Nadie hubiera imaginado que un edificio podría cruzar miles de kilómetros, mucho menos desde el otro lado del océano. Sin embargo, “El Amor de Chile” trasciende cualquier límite y desafió todas las expectativas al recorrer más de doce mil kilómetros para convertirse en un espacio de encuentro comunitario que fusiona tecnología y tradiciones del país.

La estructura central del Pabellón Araucanía: El Amor de Chile se alza majestuosa gracias a una gran viga de madera de pino radiata. Este lugar se ha convertido en un punto turístico imperdible tanto para visitantes como para amantes de la cultura. En 2015, el edificio representó a Chile en la Expo Milán, donde obtuvo la medalla de plata. Bajo la temática “Nutrire il pianeta, energia per la vita” (Alimentar al planeta, energía para la vida), dejó una huella imborrable en el evento.

El título del pabellón hace referencia al poema “El Amor de Chile” de Raúl Zurita, que nos recuerda que en nuestro país y en el mundo, todas las cosas hablan de amor. Como un homenaje a esta idea, un gran corazón rojo adorna el frontis del edificio, brindando una cálida bienvenida.

Los arquitectos responsables de esta maravillosa obra son Cristian Undurraga, conocido por la remodelación de importantes espacios como la Plaza de la Constitución y la Plaza de la Ciudadanía, y el creativo Eugenio García. El Pabellón Araucanía destaca la tradición artesanal de los pequeños y medianos productores chilenos, quienes se convirtieron en los verdaderos protagonistas de la exposición y fueron reconocidos a nivel mundial gracias a esta infraestructura.

El recorrido por el pabellón comienza en la mesa de los anfitriones, brindando una cálida bienvenida a todos aquellos que buscan vivir una experiencia sensorial única en la región. A medida que los visitantes se adentran en las cuevas mineras del norte, incluso con la posibilidad de avistar el observatorio Alma, se sumergen en la riqueza de la cultura chilena. La sala de las personas invita a explorar diferentes zonas del país, donde se puede escuchar, sentir y contemplar los paisajes como si estuvieras presente en cada uno de ellos.

La sala de los frutos nos sumerge en la belleza natural de Chile, con pantallas de alta resolución y un sonido envolvente que realzan cada centímetro de nuestros cielos, bosques nativos y mares. A continuación, llegamos al famoso Cubo, compuesto por varias pantallas interactivas que nos ayudan a descubrir los mejores productos gastronómicos y preparaciones chilenas, adaptadas a nuestros gustos personales.

La experiencia culmina en la instalación llamada “Mesa de Chile”, donde se muestra todo el viaje de los alimentos que consumimos, desde su siembra y cosecha hasta su llegada a nuestras cocinas y finalmente a nuestras mesas. Esta misma experiencia fue presentada inicialmente en la exposición internacional, represent

ando el recorrido completo del Pabellón Araucanía.

La historia del Pabellón Araucanía es fascinante. Fue en la Expo Milán 2015 donde este icónico edificio se destacó, visitado por más de un millón doscientas mil personas y galardonado con la medalla de plata. Después de este éxito en Europa, el Gobierno de Chile decidió traer de vuelta el edificio y abrió un concurso en colaboración con el Ministerio de Relaciones Exteriores para buscar una propuesta de desarrollo para la infraestructura. Fue el Gobierno Regional de La Araucanía quien presentó la propuesta más innovadora, deseando convertirlo en un centro cultural abierto y acogedor, con un fuerte sentido de pertenencia local.

La reconstrucción del pabellón fue un desafío en sí misma. Fue necesario desarmarlo viga por viga en Europa y trasladarlo en barco hasta el sur de Chile. Luego, fue reconstruido con dedicación y amor, respetando el contexto urbano que lo rodea y la importancia sagrada del lugar para los pueblos originarios. Desde el 31 de enero de 2018, el Pabellón Araucanía se encuentra abierto al público en la ciudad de Temuco, a pocos pasos del Cerro Ñielol.

Cabe destacar que esta no es la primera vez que un edificio viaja para encontrar su lugar en Chile. En 1889, otro edificio de hierro, acero y zinc fue desarmado y transportado pieza por pieza desde París hasta Valparaíso y finalmente reconstruido frente al Parque Quinta Normal en Santiago. Este edificio, conocido hoy como Museo Artequín, se ha convertido en un espacio para acercar la cultura y fomentar la apreciación del arte y la creatividad.

El Pabellón Araucanía es un lugar que no debes dejar de visitar. Con acceso liberado durante todo el año, abre sus puertas de martes a domingo, de 10:00 a 20:00 hrs. Su ubicación en Arturo Prat 0221, junto al imponente Cerro Ñielol, lo convierte en un destino de fácil acceso, a menos de quince minutos caminando desde el centro de Temuco.

Te invitamos a sumergirte en la magia del Pabellón Araucanía, un edificio que ha viajado por el amor de Chile y que ahora te espera para compartir contigo la riqueza cultural, histórica y natural de nuestro país. ¡No te lo pierdas!

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